Djokovic tiene algo que demostrar ante rivales más jóvenes en el Abierto de Australia
Novak Djokovic regresa al escenario de sus mayores triunfos esta semana en el Abierto de Australia, convencido de que está listo y capaz de superar el desafío de Jannik Sinner y Carlos Alcaraz en su búsqueda de una corona número 25 de Grand Slam, un récord.
Las grietas en la armadura del ex número uno del mundo, de 37 años, quedaron expuestas el año pasado cuando no logró hacerse con un título importante por primera vez desde 2017, aunque sí ganó el oro olímpico.
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La falibilidad del serbio volvió a quedar patente cuando la semana pasada fue eliminado del Brisbane International en cuartos de final por el estadounidense Reilly Opelka.
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Pero con su gran compañero Rafael Nadal uniéndose a Roger Federer en su retiro, Djokovic está entusiasmado por demostrar que todavía tiene lo necesario contra la joven brigada.
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Djokovic ha contratado a su ex rival Andy Murray como entrenador en una jugada llamativa que espera le dé una ventaja ganadora.
“Tal como me siento, sigo pensando que puedo seguir fuerte en los años venideros”, dijo Djokovic, ahora séptimo en el mundo.
“Todavía amo este deporte y todavía amo competir.
“Estoy listo para competir, cueste lo que cueste, cuantas horas sean necesarias con los jóvenes”.
Pocos apostarían contra Djokovic en las canchas duras azules de Melbourne Park, donde durante mucho tiempo ha sido una fuerza dominante, ganando un récord de 10 títulos.
Otro le daría 25 coronas importantes para alejarlo de Margaret Court como líder absoluto.
Pecador bajo la nube de dopaje
La resistencia y la habilidad de Djokovic se pondrán a prueba contra el número uno del mundo y campeón defensor Sinner, de sólo 23 años, y Alcaraz, que ya ha ganado cuatro Slam a los 21.
Mientras Djokovic calentaba en Brisbane, el italiano Sinner y el español Alcaraz optaron por no cualquier acción competitiva y los partidos de exhibición en Melbourne esta semana fueron su principal preparación.
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Sinner ganó su primer Slam en Australia el año pasado, remontando dos sets en contra para vencer al ruso Daniil Medvedev.
Encendió la mecha de una temporada sensacional en la que se convirtió en el primer jugador desde Federer en 2005 en pasar el año sin perder en sets seguidos.
Llegó a semifinales en Roland Garros y Wimbledon, ganó el US Open y las Finales ATP y ascendió a lo más alto de la clasificación.
Pero Sinner comenzará su defensa bajo una nube de dopaje después de dar positivo dos veces por un esteroide prohibido en marzo.
La Agencia Internacional de Integridad del Tenis aceptó su argumento de que la sustancia entró en su organismo debido a la contaminación y optó por no suspenderlo.
Pero la Agencia Mundial Antidopaje apeló ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo y el veredicto sigue pendiente.
“Por supuesto que está un poco en la cabeza”, admitió Sinner después de llevar a su país al título de la Copa Davis en noviembre.
Arma extra
Alcaraz ganó Wimbledon y el Abierto de Francia la temporada pasada para consolidar su estatus como el futuro del deporte, junto con Sinner.
Pero todavía tiene que rendir a su máximo potencial en Australia, con una aparición en cuartos de final en 2024, donde fue sorprendido por Alexander Zverev, su mejor esfuerzo.
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Según informes en España, Alcaraz ha cambiado a una raqueta más pesada fuera de temporada para generar más velocidad con su derecha en la superficie de Melbourne Park.
“Todo es un arma extra para contrarrestar el juego de rivales como Jannik Sinner y Alexander Zverev, entre otros”, afirmó su entrenador Samuel López.
El alemán Zverev vuelve a ser una amenaza después de ganar los títulos Masters 1000 de Roma y París en los últimos meses, lo que le ayudó a alcanzar el segundo lugar en el mundo.
Se retiró de la Copa United de equipos mixtos de preparación por una distensión en el bíceps, pero se consideró una medida de precaución ya que apunta a su primer título de Slam.
El impredecible Medvedev ha llegado a tres de las últimas cuatro finales del Abierto de Australia y nunca se le puede descartar.
Al igual que Sinner y Alcaraz, el ruso no jugó ningún evento de preparación y su estado de forma al comienzo de la temporada es una incógnita.
Los fanáticos locales brindarán un fuerte respaldo a Alex de Miñaur, el número ocho del mundo, y al showman Nick Kyrgios, quien hizo su tan esperado regreso en Brisbane la semana pasada después de una larga ausencia por lesión.
Kyrgios fue noqueado en el primer asalto y admitió que “casi necesitaría un milagro” para que su muñeca aguantara cinco sets.
El miércoles se retiró de un partido de exhibición contra Djokovic por una distensión abdominal, lo que arrojó nuevas dudas sobre su estado físico.
El Abierto de Australia comienza el domingo.